diumenge, 15 de gener del 2012

REINTERPRETANDO LA FISICALIDAD DE LOS CUERPOS



 Por Manuel García Pérez
   
Si em parles del desig, de Manel Alonso i Català
Premi de Poesia Antoni Matutano 2010. Vila d´Almassora
 Onada Edicions, Benicarló, 2010.
   La poesía de Manel Alonso se fragua en una constante reinterpretación de la fisicalidad de los cuerpos a  través de la mutabilidad de elementos del paisaje; una percepción sensorial del cuerpo que trasciende las palabras, buscando en la latencia de una sonoridad meditada, en la depuración formal y en el predominio del sustantivo una preeminencia de las sustancias frente a lo accidental, que es el mundo.
  El poemario evoluciona desde una aprehensión del cuerpo como lugar indómito y virginal hasta la máxima exaltación del deseo cuando el clímax de su encuentro posibilita que el poeta transgreda lo incomunicable y las metáforas ocupen el espacio de las palabras y la fijación de las lascivas miradas: “El seu cos és el ferro ferm, voluptuós, incandescent,/ que imprimeix la ubérrima geografía de l´univers (…)”.
   No importa el acontecimiento o la acción de las cosas en el mundo, sino la propia mismidad del cuerpo, su adherencia a un espacio intemporal, sin nombre, sin memoria: “Duia peces que no ocultaven el seu cos/ sinó que li subratllaven la sensualitat madura,/ la seua sexualitat de pantera albina”. Los referentes románticos y decadentistas de algunas imágenes nos retornan a una concepción neoplatónica de la otredad donde las luminiscencias, la frondosa penumbra y el panteísmo transfiguran la carnalidad de los cuerpos en una dichosa celebración de una naturaleza idealizada: “El vèrtex de dues pirámides turgents/ eclosuona en tulipes obertes i rosades/ i la llodriguera saborosa, oculta/ darrere d´una madeixa obscura,/ esbossa un estany de sucre i mel”.
  En el cuerpo se engendra todo lo viviente, toda vez que el poeta configura toda su cosmogonía para expresar aquello que es incomunicable a través de otro lenguaje que no sea el poético: “El rou li flüia de de les sements vers la pell/ anunciant una deu mansa i tèbia (…) L´acaricies i s´obrí com una rosa/ buscant el raig solar”.
  La sexualidad se comprende desde un flujo temporal que abarca el conocimiento sensitivo, expresado en aras de una tradición simbólica reconocible (no solo en el Medievo, sino también en poetas novecentistas), inherente a una contemplación quasi-mística donde, tras la cópula, queda el rescoldo de aquella experiencia sustituible, un recuerdo que se diluye en cada verso como único testimonio, suficiente y total, que atesora la permanencia del deseo: “Com un bodegó,/el teu cos fruita i cantir./ Sadolla'ns de llum!”.

(Publicat a la revista digital del Baix Segura MinutoCero el 13-1-2012)