dimarts, 20 de desembre del 2022

FUSTA DE CARRASCA

 


Por  Juana Sáez Juárez

Fusta de carrasca (Edicions del Bullent, Picanya, 2022) es una novela en la que Manel Alonso, en su tendencia al hibridismo genérico, mezcla y desdibuja los contornos novelescos, biográficos, autobiográficos y testimoniales. En un juego literario y bello gesto, Manel delega su voz en Pilar, su compañera, su mujer en la vida real, para que sea ella la que nos cuente en primera persona su propia historia, la de sus orígenes y la compartida con él. Nuestro autor no tiene voz ni protagonismo más allá de lo que Pilar, la entrañable protagonista y narradora, nos cuenta sobre él; sin embargo, está siempre presente en la narración de Pilar porque reconocemos su estilo, su prosa poética y su universo literario en una lograda fusión de dos voces en una, la voz de una pareja bien avenida.

La novela está estructurada en nueve capítulos, cada uno de ellos introducido por un breve poema que les da el título y la temática principal. Ya en el primer capítulo: La déria de recordar, observamos la complejidad estructural en cuanto a tiempo, espacio y voz narrativa. Pilar inicia su narración desde el presente que siente cargado de dolorosas ausencias:«Les absències són ferides que mai no acaben de cicatritzar. De tant en tant, s’obrin i supuren un líquid espés amarg com l’asséver que em crema la pell i em produïx un dolor intents i profund».

Con referencias proustianas un sabor, el del pan del pueblo de sus orígenes, activa la memoria involuntaria de Pilar, la de los recuerdos intensamente revividos a través de los sentidos: sabores, olores, sonidos del presente de Pilar, o incluso sus guisos cotidianos, sacan a relucir sus recuerdos y éstos  se encadenan  en una libre asociación de ideas, remembranzas y reflexiones que son las que hacen que se desarrolle su narración en un constante ir y venir, de tiempos pasados a tiempos del presente, hasta cerrar la novela al igual que Proust en su obra magna , en un círculo perfecto. A la complejidad del desorden temporal, de una memoria que contiene todos los tiempos en un orden imprevisible se une la espacial. Los recuerdos, la vida y la narración de Pilar se mueven en dos espacios: por un lado, en Ossa de Montiel y sus alrededores manchegos, lugar de origen de sus ancestros, de su familia materna que tuvo que emigrar en busca de una vida alejada de las penurias y, por otro lado, Pouet, el pueblo valenciano que su familia eligió para asentarse y prosperar y en el que nació, creció y vive Pilar. Dos espacios que se unen en la mente, en la identidad y en la trayectoria de vida de la narradora.Pilar nos cuenta una historia de mezcla e integración de tiempos, espacios, culturas, idiomas, identidades, personas, de protagonista y autor.

Mezcla e integración, desorden temporal y espacial, fusión de géneros narrativos, son recursos que dotan a Fusta de carrasca de complejidad literaria, pero no impiden que sigamos con facilidad el hilo temporal y argumental, ni que leamos la novela con fluidez e interés creciente, ni tampoco que podamos distinguir varios planos narrativos: el del autor reflejado en su obra en una velada autobiografía; el de las vicisitudes de la familia Carrasca, mote heredado del nombre de la abuela materna de Pilar, y del que la novela toma el título por la fortaleza de la madera de carrasca, una fortaleza que caracteriza a la abuela y a la madre de Pilar y que ella hereda; el del testimonio detallado de una época y de un pueblo espejo de muchos pueblos; el plano de la protagonista y narradora que, desde su intimidad cotidiana, rememora sabiendo que «La memòria és una recreació subjectiva del passat» y reservando para sí lo más íntimo, dejando que nuestra imaginación y experiencias intuyan lo que falta. Pilar nos cuenta las circunstanciase hitos de trayectoria vital que han dado lugar a que ella sea quien es: su condición social de hija de inmigrantes, su identidad escindida, su progresiva adaptación e integración en el pueblo y la cultura valenciana, su relación sentimental con Manel, oriundo de Pouet, los hijos de ambos, Bernat y Arnau Llibertat, cada uno a su manera, especiales; el paso del tiempo con su poder transformador, las penas que le pesan más que las alegrías, pero no la derrotan, las ausencias dolorosas y la trágica, la inenarrable ausencia de un hijo muy amado. La obsesión de recordar y escribir para que lo que es querido no caiga en el olvido.

Fusta de carrasca tiene la virtud, no sólo de invocar nuestros propios recuerdos, sino de introducirnos en el universo literario que Manel ha creado, el de la vida cotidiana y temas esenciales del ser humano representados en Pouet, el pequeño pueblo que deviene en universal. Nuestro autor eleva a nivel literario a su pueblo, Puçol, a su gente y a sus seres queridos, y por lo tanto, los dota de inmortalidad.

Manel y Pilar escriben una novela que contiene elementos de los grandes clásicos: lo trágico y lo heroico de las pequeñas, grandes personas hechas de fusta de carrasca.

En el Club de Lectura de Pouet nunca habíamos leído una novela tan entrañable y cercana como Fusta de carrasca. La voz poética, descriptiva, serena y sincera de Pilar nos sumerge en su mundo interior y en su vida cotidiana, en sus vivencias que son reflejos de las nuestras. En gran medida, las mujeres que participamos en el Club somos de la misma generación que Pilar, vivimos en Pouet o en pueblos aledaños con trayectorias similares. Conocemos a la pareja, nos solidarizamos con ella y nos identificamos en su relato. Algunas somos de origen inmigrante y otras oriundas de Pouet u otros pueblos valencianos que igualmente recibieron, en los años sesenta del siglo pasado, el éxodo rural del interior peninsular hacia zonas industriales y agrícolas más desarrolladas. Un auténtico alud migratorio que en muchos casos supuso doblar la población de las ciudades y pueblos receptores, como es el caso de Pouet, con todos los cambios en cualquier ámbito que ello conlleva. Tanto unas como otras vivimos ese proceso sin grandes conflictos más allá de problemáticas identitarias y culturales, personales, que surgen de la convivencia de orígenes, idiomas y culturas diferentes en el mismo espacio.

Fusta de carrasca es el testimonio de un periodo histórico y de un lugar que compartimos con los autores de la novela. La pareja rememora y, a través de la voz de Pilar, caminamos con ellos por La Marjal dels Moros, por los caminos de las masías diseminadas por luminosa huerta valenciana, por la añoranza al ver su progresivo deterioro, por el mar que baña los pies de Pouet y por la Sierra Calderona que guarda sus espaldas.

 «Caminant retrobe la pau emocional que sent que he perdut al poble».

Revivimos con ellos etapas de nuestras vidas y sus emociones, la edad escolar, las relaciones familiares y afectivas, el primer amor, el primer fracaso, la música, las discotecas, el cine, los barrios, la literatura, el trabajo, el paso del tiempo, el matrimonio, los hijos, los accidentes, la enfermedad, las ausencias…hasta los guisos de nuestras madres recuperan su sabor.

 «La memòria és una vella arca plena d’andròmines inútils que guarden els somriures i les penes».

Pilar nos dice que Fusta de carrasca «és el meu petit llegat d' amor al meu Arnau (…) Ara sin destinatari, aquest quadern ha perdut el seu sentit…».

Estos últimos puntos suspensivos pueden expresar una duda, ¿ha perdido realmente su sentido? Nosotras defendemos que no, Fusta de carrasca es un precioso legado de Pilar, de Manel y de Arnau Llibertat, que fue quién lo inspiró, a todos los hijos, y los hijos de los hijos, de una generación para que conozcan su historia y vean que independientemente del origen nuestras vivencias son similares, porque son universales.

diumenge, 4 de desembre del 2022

LECTURA DE "QUADERN PER AL MEU FILL ARNAU" DE MANEL ALONSO I CATALÀ

 



Per Vicent Borràs

No sempre és clara i ben definida la frontera entre la literatura i alguns textos de caràcter privat (o semiprivat) i personals, sovint molt personals, com ara cartes, memòries, dietaris, autobiografies... Un dels casos potser més evidents i problemàtics (perquè ni tan sols va ser escrita pensant en la publicació, què fou pòstuma) és Carta al pare de Franz Kafka. La qualitat literària de la carta que Franz va escriure al pare —i sembla que no li va lliurar— està fora de tot dubte, a part del seu interés humà per entendre el personatge Kafka i la dificultosa relació amb el pare i, amb això, obtenir algunes de les claus per llegir la resta de la seua producció literària.

Així mateix, també hi ha els llibres que són escrits pensant en una publicació i que, alhora i malgrat això, contenen una enorme càrrega personal i temàtica que cau en l’estricte àmbit personal, la qual cosa no invalida de cap manera el seu atractiu literari. En aquests casos la motivació personal transcendeix l’àmbit privat i esdevé també d’interés públic perquè al darrere, a més del lament personal (i familiar), hi ha el clam social davant d’un tema segrestat per allò considerat políticament correcte. Aquest és, al meu parer, el cas de Quadern per al meu fill Arnau de Manel Alonso i Català, que s’enfronta a un dels temes més tabuïtzats i malauradament actuals, especialment en temps de pandèmia, com és el suïcidi.

Els poemes que Manel Alonso escriu al seu fill Arnau van acompanyats de dos textos de dos amics del mateix Arnau. Sònia Giner Molins signa un pròleg molt sentit i intel·ligent, més encara si tenim en compte la incomoditat del context. Marc Campos, a manera d’epíleg, tanca el llibre amb uns versos que ens interroguen sobre la llibertat.

El gruix del llibre, però, són els 37 poemes de Manel Alonso. Escrits en calent sobre la recentíssima mort del fill, els versos esdevenen un document únic sobre l’amor patern i tracen un mapa desesperançat del dolor. En aquests poemes Manel Alonso no defuig ni oculta els aspectes més crus de la mort del fill: «O tot o res!», tan senzill, tan contundent./ I de colp deixares caure el rei sobre el tauler,/ un terratrèmol enfonsà peons, torres, cavalls i alfils.

I davant d’això, què no farà un pare pel fill? Si cal, li tornarà a donar la vida. I això és el que intenta Alonso en aquests textos on el tu poètic recurrent sempre és el fill. Per dialogar amb ell, per tractar de comprendre’l, per explicar-se, per explicar-se’l, per explicar-nos-el, per reivindicar-lo, per no acabar de perdre’l, per reinventar-lo... O com diu de manera lúcida al pròleg Sònia Giner: “Mai podria fer-te tornar. Però sí que podria tractar de fer que no te n’anares”. I així el text esdevé un diàleg amb el fill (de fet, a manera de citació, hi incorpora algun vers o fragment de dietari d’Arnau). Un diàleg amarg (perquè els que el llegim sabem que és un monòleg disfressat), sentit, sense eufemismes, amb versos i imatges brillants, que fa un repàs a la seua vida, des del naixement fins al fatídic desenllaç. El veiem nàixer, anar a escola, lluitar, enamorar-se, jugar a pilota... en definitiva el veiem viure, i morir. I dels versos d’Alonso, escrits amb l’amor i el dolor paterns, ix el delicat dibuix del fill fins al punt que els qui no hem tingut la sort de conéixer-lo, ens en fem una imatge que, per exemple, ens fa copsar el seu nom: Arnau Llibertat.

I pel davall de l’anecdotari vital d’Arnau, Manel Alonso va teixint un altre teixit més delicat, on per exemple “un home pot acariciar el gat amable de la felicitat”, però on també la imatge del fill jugador que persegueix pel trinquet la pilota impossible esdevé amarga: Somric des de davall la corda/ pagat de tindre un fill que no en dona cap per perduda.

I és en aquest nivell quan els poemes de Manel Alonso eleven aquell text de caràcter exclusivament privat a interés general gràcies a allò que diem literatura.

Escriure amb el cor i el cervell mai ha estat una activitat fàcil. Escriure amb el cor trencat i el cervell bullint és una baixada a l’infern. O potser també és una redempció, un intent de fer etern l’efímer, de donar-li una altra existència, encara que siga de paraules, de paraules que fan versos, de versos que fan mal, de versos que fan bé... L’escriptura des de la visceralitat, des de la proximitat, des de la immediatesa pot portar a la distorsió, al desenfocament de la realitat; i en literatura és perillós perdre la distància necessària per decidir la millor opció entre les possibles, però òbviament hi ha el guany indiscutible de l’autenticitat. En aquest cas, em fa la impressió que el resultat reïx en el difícil equilibri entre els dos pols.

Manel Alonso ha escrit el llibre que mai no hauria volgut escriure. Manel Alonso ha escrit el llibre que havia d’escriure, perquè, a més de tot, ha alçat la veu sobre un tema silenciat.


Article publicat a La Veu dels Llibres. Revista d'Informació i crítica literàries el 27 de març del 2021.